La subyacente se reduce casi a la mitad desde enero y se sitúa en su nivel más bajo desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania

 

El Índice General repuntó apenas una décima respecto a noviembre, aunque la perspectiva es mucho más halagüeña si se comparan los datos con los del 2022. En junio de ese año, marcó un récord del 9,5 % que asfixió las economías familiares debido a la subida generalizada de alimentos y energía (a consecuencia del conflicto armado en el este de Europa). En diciembre, se había moderado al 5 %, aunque seguía provocando una sangría en los ahorros de las personas trabajadoras. Las continuas subidas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) consiguieron moderar el alza de los precios, aunque repercutieron en el encarecimiento de las hipotecas.

 

Mejor que en España y en la Unión Europea

El alza de los precios muestra una tendencia a la moderación en la Comunidad de Madrid (2,7 %), que mejora los datos nacionales (3,1) y también los del conjunto de la Unión Europea (2,9) y se acerca poco a poco a ese objetivo del 2 % marcado por el BCE; lo que supondría, a su vez, una deseable rebaja del precio del dinero.

En diciembre, casi todos los grupos de consumo bajaron o subieron apenas unas décimas respecto a noviembre, con las notables excepciones al alza del ocio y la cultura (+2,6 %) y de vivienda y suministros (+0,8); y, a la baja, del vestido y calzado y del transporte (-1,3 % ambas).

Las peores noticias vuelven a llegar desde la cesta de la compra, la que más se ha encarecido en el 2023 (+7,8, cinco décimas más que en el conjunto de España). Eso sí, se sitúa en su nivel más bajo desde marzo del 2022, cuando inició una escalada que tocó techo (17,6) en febrero del pasado año. Al contrario, el precio de la vivienda y la energía doméstica es un 6,3 % más barata que hace un año. Y el transporte, sobre todo el privado, ha subido por debajo de la media (2, 0 %) gracias a la depreciación de los combustibles y de los carburantes.

 

Los salarios se equiparan con la inflación subyacente tras 25 meses

Aunque, sin duda, el dato más positivo es que, por primera vez tras 25 meses continuados de pérdida de poder adquisitivo (desde octubre del 2021), los salarios de los trabajadores madrileños pactados por convenio igualan a la inflación subyacente (3,4 %). Por comparar, en enero del 2023, este índice que excluye a los elementos más volátiles como alimentación y energía, casi doblaba (6,6) al incremento salarial registrado (3,3).

La secretaria general de USO-Madrid, María Concepción Iniesta, considera positivos todos estos datos, aunque con matices: “viniendo de donde venimos, 2023 se cierra con los mejores números desde hace mucho tiempo, pero no podemos olvidar que los trabajadores y sus familias han tenido que tirar de ahorros y apretarse el cinturón durante muchísimo tiempo; que hacer la compra, hoy, es casi un 30 % más caro que hace dos años; y que las hipotecas, con tipos de interés inasumibles, dificultan el derecho constitucional del acceso a la vivienda, más aún en nuestra región con los precios especialmente tensionados y con alquileres desorbitados. Por eso, al igual que valoré tras los últimos datos del paro, pedimos que tanto la estabilidad laboral como la que se está produciendo en los mercados sirvan para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, empezando por conseguir salarios más dignos para recuperar su capacidad de compra”.