La inflación subyacente también prosigue su escalada, alcanza su nivel máximo en dos años y está muy cerca de cruzarse con el índice general
Negociación colectiva, salarios más justos y vigilancia sobre productos y servicios básicos
“La tensión inflacionista, lejos de contenerse, sigue creciendo y está ya muy lejos de ser asumible para las familias. La cesta de la compra básica cada vez es más cara, pero los salarios siguen estancados, lo que afecta al ahorro, al consumo y, en definitiva, a la calidad de vida de millones de personas trabajadoras”, denuncia la secretaria general de USO-Madrid, María Concepción Iniesta.
La máxima dirigente regional de la USO también critica el maquillaje salarial de un Gobierno central que, por ejemplo, “pacta con otros sindicatos subidas para los empleados públicos de un 2,5 % para 2026, lo que, con un IPC estatal del 3,1, supone una pérdida real de poder adquisitivo para todos ellos. No tiene sentido. Y, mientras tanto, vemos como los beneficios de las empresas no paran de crecer muy por encima de los salarios. Por eso, desde nuestra organización siempre defenderemos la negociación colectiva como principal vía para conseguir unos salarios más justos y la creación de órganos que, sin caer en el intervencionismo económico, vigilen los precios de los productos y servicios básicos para amortiguar su impacto”.
La inflación casi se ha duplicado desde mayo
Los precios apenas subieron una décima en el último mes, pero la tendencia al alza en la Comunidad de Madrid es evidente. Desde mayo (2,0), la inflación casi se ha duplicado debido a múltiples factores, coyunturales o estructurales. Y eso se refleja en la subyacente, que no incluye los elementos más volátiles como los alimentos no elaborados y los productos energéticos.
Si en marzo la inflación considerada como estructural acariciaba el deseado objetivo del 2 %, ocho meses después se ha disparado hasta el 3,5. Una mala noticia para los bolsillos de las personas trabajadoras, que ven recortada su capacidad de ahorro: la subida media de los salarios pactados por convenio (4,1) se mantiene estancada desde julio y la distancia entre ambas estadísticas se ha visto reducida de forma drástica a apenas seis décimas.
En noviembre, los diferentes apartados se comportaron de forma muy dispar. Destacan las subidas de los alimentos (+0,5), del transporte (+1,4) y del vestido y calzado (+3,8). Al contrario, bajaron los gastos asociados a la vivienda (-0,1), ocio y cultura (-1,0), hostelería (-0,6) y comunicaciones (-0,1).
La cesta de la compra sigue muy por encima de la media
La comparativa anual es la que mejor refleja el castigo a los consumidores: los huevos lideran la subida de los alimentos (+32 %) tras acusar el esperado impacto del brote de gripe aviar. Una docena de este producto básico en todos los hogares cuesta ya casi el doble que hace cuatro años. Pero es que la carne de vacuno (+17,1), ovino (+6,8), el pescado (+7,0) o la fruta (+4,5) también han encarecido la cesta de la compra básica de forma considerable. Los aceites y grasas también vieron frenada su desescalada del último año (+2,5 mensual).
En el apartado de la vivienda, los suministros, especialmente la electricidad, dieron un respiro, aunque son un 8,1 % más caros que hace un año. El dato no ha sido mejor debido a la influencia de las nuevas tasas municipales de basuras en el capítulo de “mantenimiento” (en torno al +11 % en los tres últimos meses).
Del resto, destaca el transporte público urbano también es un 20 % más caro que hace un año; los servicios de alojamiento han subido un 10 %; y en “otros gastos”, los efectos personales (+15,6), los seguros (+8,8) y la protección social (+5,4) también se han encarecido muy por encima de la media.




