La inflación subyacente, o estructural, también repunta por cuarto mes consecutivo y confirma la tendencia inflacionista en la Comunidad de Madrid
“Lamentablemente, la inflación está muy lejos de ser controlada. No hay economía familiar que pueda resistir subidas tan pronunciadas precisamente en los productos y servicios más prioritarios como son la alimentación, la vivienda, los transportes o la educación de los hijos. La subida salarial pactada por convenio, que afecta a más de un millón de trabajadores en la región, se mantiene en el 4,1 % de media por cuarto mes consecutivo, por lo que la conclusión es muy sencilla: menor capacidad de ahorro para las personas trabajadoras y mayor dificultad para llegar a fin de mes para las economías familiares más vulnerables”, analiza María Concepción Iniesta, secretaria general de USO-Madrid.
Desde USO siempre insistimos en que es imprescindible un gran pacto entre los partidos políticos, sea cual sea su signo, y entre las distintas administraciones para que los efectos del encarecimiento de los precios no influyan tanto en los productos y servicios básicos. Que se pongan a trabajar en lo que realmente afecta a los ciudadanos y que prioricen una legislación laboral más eficaz, con menos temporalidad y estacionalidad, con salarios más dignos y con la negociación colectiva como base para garantizar la capacidad de ahorro de las personas trabajadoras”, denuncia la máxima responsable regional.
El peor escenario posible
Pésimas noticias las ofrecidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que confirma el peor escenario posible para los precios. Si a nivel nacional el IPC interanual superó la temida barrera del 3 %, en la Comunidad de Madrid se disparó hasta el 3,6 %, un dato que no se veía desde el mes de febrero del 2023.
Pero la peor de todas es que no se trata sólo de factores coyunturales o volátiles, sino una peligrosa tendencia que amenaza con seguir castigando los bolsillos de los madrileños. Y es que la inflación subyacente, que no incluye ni los productos energéticos ni los alimentos no elaborados, alcanza el 3,3 % después de cuatro meses escalando hasta un punto desde el mínimo del 2,3 marcado en junio. Es su mayor valor desde marzo del 2024.
Los alimentos no elaborados suben más que la media
La tregua del mercado internacional del petróleo y su impacto en los combustibles carburantes (-0,5 anual y -1,7 en lo que va de año) no ha bastado para amortiguar una inflación desbocada en aquellos productos y servicios que más afectan a los ciudadanos. Por ejemplo, los alimentos no elaborados (2,7), que triplicaron el alza mensual (0,8) y son casi un 6 % más caros que hace un año.
De nuevo, los huevos lideran la escalada (+21,4 anual), que será más acusada tras el brote de gripe aviar, el sacrificio y el confinamiento obligatorio en todas las granjas avícolas. Le siguen la carne de vacuno (+15,7) y ovino (+8,9), el pescado (+8,0), la leche (+4,7) y las frutas y verduras (+4,1, tras encarecerse casi un 9 % este último mes). Es decir, la base de una dieta equilibrada y saludable en cualquier hogar.
Los suministros de la vivienda y el transporte público castigan a los madrileños
El apartado más inflacionista es el de la vivienda (+8,2). El conjunto de los suministros de agua, gas y electricidad se ha encarecido un 11 % en el último año y los gastos de conservación y reparación, casi un 12 %. El transporte público también se ha visto castigado con subidas del 20,3 % el urbano y del 11,2 el interurbano. Al contrario, la contención de los precios de los combustibles y carburantes ha permitido que la subida anual del transporte particular (+1,7) sea inferior al índice general.
Los servicios destacan entre el resto de incrementos superiores a la media: efectos personales (+15,8), seguros (+8,8) o protección social (+5,4). También lo hicieron la enseñanza secundaria (+4,3), la restauración (+3,7) o los alojamientos (+6,6).




