Los precios repuntan por quinto mes consecutivo en la Comunidad de Madrid y se estabilizan en torno al 3 % debido al ‘efecto base’ anual

 

La secretaria general de USO-Madrid, María Concepción Iniesta, valora que “los precios vuelvan a la estabilidad en la Comunidad de Madrid tras muchos meses en los que los bolsillos de los ciudadanos se vaciaron. Y es muy positivo que las personas trabajadoras y sus familias recuperen parte del poder adquisitivo perdido durante años”.

“Pero tampoco hay que engañarse ni que bajar la guardia: Los productos y servicios que más afectan a la vida cotidiana siguen sin dar respiro: la alimentación es un 5 % más cara que hace un año; vestirse y calzarse, calentar el hogar o llenar el depósito, también. Por eso, seguiremos pidiendo que se considere a la electricidad y al gas como suministros básicos y que vuelvan a tener un IVA súper reducido y un mayor control institucional de los productos de uso común que encarecen a la cesta de la compra”, denuncia la máxima dirigente de la Unión Regional de la USO.

 

No sucedía desde diciembre del 2022

Diecisiete meses después, las curvas anuales del IPC general y de la inflación subyacente (la que excluye a los alimentos no elaborados y a los productos energéticos) volvieron a cruzarse en la Comunidad de Madrid. Por primera vez desde que comenzase la espiral inflacionista debido a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, este indicador, considerado estructural al no verse influido por los elementos más volátiles, baja del 3 % (2,9) y es tres décimas menor que la inflación interanual (3,2).

El dato es muy positivo, pues los bancos centrales lo usan como referencia para fijar los tipos de interés. Además, ya es siete décimas inferior a la subida del 3,6 % (la más alta de España) de los salarios pactados por convenio, que afectan a casi 800.000 trabajadores en nuestra región.

 

Alimentos, vivienda, transporte y hostelería suben por encima de la media

Los alimentos (+ 0,9 mensual y +5,1 anual), sobre todo los frescos; los gastos derivados de la vivienda (+0,7 y +2,7), donde se incluyen los suministros energéticos, tras volver el IVA del gas al 21 %; el transporte (+0,7 y +2,1), principalmente el privado debido al fuerte incremento de los carburantes; y la hostelería (+1,0 y +5,3), por el tirón de los servicios de alojamiento, fueron los responsables del aumento en 6 décimas del índice general. También el vestido y calzado (+4,3), aunque en lo que va de año es el único grupo deflacionista (-3,6).

Ocio y cultura (-0,4) y sanidad (-0,1) bajaron sus precios respecto a marzo. En el primer caso, debido al descenso de los paquetes turísticos (-2,7) tras la Semana Santa. La enseñanza no experimentó variación y el resto de los grupos tuvieron subidas inferiores a la media.

Lo normal sería que la coyuntura se mantenga hasta el verano, cuando debería desaparecer el ‘efecto base’ en el índice anual, provocado por el desplome de los precios durante los primeros meses del 2023.