La EPA en la Comunidad de Madrid registra una bajada del paro de 9.400 personas en el tercer trimestre del año (2,18% menos con respecto al trimestre anterior), lo que supone un mejora de los datos brutos de empleo con 420.400 parado en la región y una subida de la ocupación, que creció en 5.200 puestos de trabajo (+0,17%) entre julio y septiembre, por debajo de la media nacional (+1,83%), hasta los 3.129.300 trabajadores. Sin embargo, evidencia la otra cara de la moneda: el empleo está cada vez más precarizado.

Analizando los datos en profundidad, la brecha de género que se acrecienta atendiendo a la actividad. Al cierre de septiembre, del total de parados 420.400 la mayor parte son mujeres 221.800 mientras que se contabilizan 198.600 desempleados hombres, con tasas de paro del 12,57% y del 11,13%, respectivamente. Por contra, la tasa de actividad es del 67,54% en los hombres y del 59,93% en las mujeres.

En términos interanuales, el paro descendió en la región un 8,42% de julio a septiembre frente al mismo periodo del año pasado, con 38.600 parados menos, y un total de 124.000 personas salieron de la situación de desempleo (+4,13%), según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Según el INE, la Comunidad de Madrid tiene una tasa de desempleo del 11,84%, 2,73 puntos por debajo de la media nacional que se sitúa en el 14,57%, mientras que la tasa de la actividad en la región se sitúa en el 63,53%, en este caso 4,39 puntos por encima de la media nacional (59,14%).

A nivel nacional, el paro bajó en 127.100 personas en el tercer trimestre del año, lo que supone un 3,6% menos que en el trimestre anterior, registrando así su mayor descenso en un tercer trimestre desde el año 2018, cuando el desempleo disminuyó en 164.100 personas. Por su parte, la ocupación superó por primera vez desde el cuarto trimestre de 2008 la cifra de 20 millones de trabajadores, pero se han trabajado 2,53% horas menos que en el mismo trimestre previo a la pandemia. “El dato no puede ser más esclarecedor.

Entre más trabajadores se reparten menos horas de trabajo. Han trabajado menos días y menos horas al día: suben la temporalidad y las jornadas a tiempo parcial”, resume Joaquín Pérez, secretario general de USO. Servicios, además, pone el otro punto negativo, al subir otra vez el paro en el sector al terminar el verano.