El IPC repunta por los productos básicos

El IPC repunta por los productos básicos

El Índice de Precios al Consumo ha subido levemente en julio, pero lo ha hecho “donde más afecta al bolsillo de la gente, que es en los productos básicos como alimentación y transporte; la alimentación, con casi un punto”, resume Laura Estévez, secretaria de Comunicación de USO.

“El IPC, no obstante, está teniendo un comportamiento anormal, con dos descensos bruscos en mayo y junio que, junto con las estadísticas de empleo, nos indican que el comportamiento de la economía está siendo errático e incluso descendente, por mucho que se quiera enmascarar el parón del país revisando al alza las previsiones de crecimiento. Las previsiones no dejan de ser eso, y los datos reales mes a mes nos hablan de lo contrario”, continúa Estévez.

En cuanto a anomalías de la estadística, la secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO abunda en que “en nuestro país estamos acostumbrados a observar una patente desigualdad autonómica, también en los precios, con autonomías donde suben más los precios, pero donde tienen igualmente salarios que pueden adaptarse mejor. Sin embargo, nos preocupa regiones como La Rioja o Galicia, que se caracterizan por sueldos especialmente bajos, así como Castilla y León, que suele figurar en la media, tengan un repunte de los precios, porque las subidas tendrán mayor efecto en esos trabajadores”.

 

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La inflación ha roto su tendencia tras el aviso de mayo y ha vuelto a reducirse a la mitad: “del 1,5% pasó al 0,8%, y junio ha cerrado en el 0,4%. No cabe duda de que hablamos de un alivio para los hogares, pero nos preocupa haber entrado en un nuevo período de hibernación económica”, avisa Sara García, secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de USO.

García argumenta su explicación en que “no es bueno una inflación cero, que los precios no suban. Es cierto que, en un país que ha demostrado no tener mecanismos de protección para proteger a las familias de los ataques del mercado, la única forma de garantizar que no hay pérdida de poder adquisitivo es que, o bien suban los salarios, o que no suban los precios. Sin embargo, una economía plana acabará por repercutir en el empleo, y son muchas las estadísticas que están avisando de que estamos estancados, paralizados, y el bloqueo político no ayuda”.

“El IPC es el índice que utilizamos en la negociación colectiva para revalorizar los convenios. Si esta negociación funcionase y no hubiera sufrido los bombardeos de las reformas laborales, la corrección de la inflación en los salarios sería automática y se trataría de un síntoma de buena salud para la economía. El problema es que tememos las subidas del IPC porque han sido porcentajes que los sueldos no han recuperado en esta década”, continúa Sara García.

La mejor noticia es “la contención de precios de productos de uso diario, como la energía o los combustibles, que revierten en el transporte. Estaban en valores insostenibles que no se correspondían con la vida diaria de los españoles, pero pedimos que esos precios de la energía se mantengan durante las olas de calor y en invierno, cuando más necesarios resultan”, concluye la secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de USO.