IPC abril: La inflación subyacente baja del 3 por ciento y ya es inferior al índice general

IPC abril: La inflación subyacente baja del 3 por ciento y ya es inferior al índice general

Los precios repuntan por quinto mes consecutivo en la Comunidad de Madrid y se estabilizan en torno al 3 % debido al ‘efecto base’ anual

 

La secretaria general de USO-Madrid, María Concepción Iniesta, valora que “los precios vuelvan a la estabilidad en la Comunidad de Madrid tras muchos meses en los que los bolsillos de los ciudadanos se vaciaron. Y es muy positivo que las personas trabajadoras y sus familias recuperen parte del poder adquisitivo perdido durante años”.

“Pero tampoco hay que engañarse ni que bajar la guardia: Los productos y servicios que más afectan a la vida cotidiana siguen sin dar respiro: la alimentación es un 5 % más cara que hace un año; vestirse y calzarse, calentar el hogar o llenar el depósito, también. Por eso, seguiremos pidiendo que se considere a la electricidad y al gas como suministros básicos y que vuelvan a tener un IVA súper reducido y un mayor control institucional de los productos de uso común que encarecen a la cesta de la compra”, denuncia la máxima dirigente de la Unión Regional de la USO.

 

No sucedía desde diciembre del 2022

Diecisiete meses después, las curvas anuales del IPC general y de la inflación subyacente (la que excluye a los alimentos no elaborados y a los productos energéticos) volvieron a cruzarse en la Comunidad de Madrid. Por primera vez desde que comenzase la espiral inflacionista debido a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, este indicador, considerado estructural al no verse influido por los elementos más volátiles, baja del 3 % (2,9) y es tres décimas menor que la inflación interanual (3,2).

El dato es muy positivo, pues los bancos centrales lo usan como referencia para fijar los tipos de interés. Además, ya es siete décimas inferior a la subida del 3,6 % (la más alta de España) de los salarios pactados por convenio, que afectan a casi 800.000 trabajadores en nuestra región.

 

Alimentos, vivienda, transporte y hostelería suben por encima de la media

Los alimentos (+ 0,9 mensual y +5,1 anual), sobre todo los frescos; los gastos derivados de la vivienda (+0,7 y +2,7), donde se incluyen los suministros energéticos, tras volver el IVA del gas al 21 %; el transporte (+0,7 y +2,1), principalmente el privado debido al fuerte incremento de los carburantes; y la hostelería (+1,0 y +5,3), por el tirón de los servicios de alojamiento, fueron los responsables del aumento en 6 décimas del índice general. También el vestido y calzado (+4,3), aunque en lo que va de año es el único grupo deflacionista (-3,6).

Ocio y cultura (-0,4) y sanidad (-0,1) bajaron sus precios respecto a marzo. En el primer caso, debido al descenso de los paquetes turísticos (-2,7) tras la Semana Santa. La enseñanza no experimentó variación y el resto de los grupos tuvieron subidas inferiores a la media.

Lo normal sería que la coyuntura se mantenga hasta el verano, cuando debería desaparecer el ‘efecto base’ en el índice anual, provocado por el desplome de los precios durante los primeros meses del 2023.

La inflación repunta ocho décimas hasta el 3,1 anual en la Comunidad de Madrid

La inflación repunta ocho décimas hasta el 3,1 anual en la Comunidad de Madrid

Los salarios pactados por convenio (3,7) superan a la inflación subyacente (3,4) y los trabajadores madrileños recuperan parte de su poder adquisitivo

 

La electricidad y los alimentos son productos básicos

“Parece que los precios vuelven a una relativa estabilidad estructural, lo que es una buena noticia. La cesta de la compra sigue siendo cara en la Comunidad de Madrid, aunque si la comparamos con la de hace un año, la subida actual parece asumible. La mejor noticia es que, por primera vez en muchísimo tiempo, los salarios pactados por convenio subieron (+3,7) por encima de la inflación subyacente en Madrid. Y eso se traduce en que casi 800.000 trabajadores y sus familias recuperan, aunque mínimamente, poder adquisitivo”, manifiesta María Concepción Iniesta, secretaria general de Madrid.

Aun así, la máxima dirigente regional de la USO, reclama a las administraciones públicas que implementen “medidas que permitan a los ciudadanos llenar sus bolsillos, vaciados de forma cruel durante muchísimo tiempo. Por ejemplo, que se considere a la electricidad como un suministro básico y no como un producto de consumo, manteniendo un IVA súper reducido. O que se controlen de forma eficaz los precios de alimentos básicos como el aceite, la leche o los cereales”.

 

Fin de las ayudas fiscales al suministro eléctrico

Se cumplieron las previsiones y en marzo volvió a repuntar la inflación ocho décimas hasta situarse en el 3,1 % anual. Tres factores contribuyeron a esta escalada, que debería volver a situarse por debajo del 3 % en abril: el final de las ayudas fiscales a la electricidad, el alza de los carburantes y la influencia de la Semana Santa.

Así, los gastos derivados de la vivienda subieron un 1,5 respecto a febrero, aunque apenas un 0,2 interanual, debido a los reducidos costes de generación energética, en mínimos históricos. El transporte, sobre todo el privado, también es medio punto más caro que hace un mes, aunque apenas un 1,9 más que en marzo del 2023. Ocio y cultura (+2,4 mensual/+5,3 anual) y hostelería (+1,6/+6,2) generaron la mayor distorsión y, por lógica, deberían compensarse en abril.

Mención aparte para el grupo de vestido y calzado, que repuntó un 4,2 % mensual, aunque acumula un descenso del 7,6 durante el primer trimestre y es apenas dos puntos más elevado que hace un año. Alcohol y tabaco (+4,3) y enseñanza (+3,5) también tiraron al alza de la inflación media.

 

La alimentación se modera, pero la subyacente vuelve a subir

Y, por descontado, la alimentación (+4,6), aunque en este caso hay que ver la cesta de la compra medio llena: los alimentos bajaron por segundo mes consecutivo, llevan ya un año moderándose desde el pico registrado en febrero del año pasado (+17,6) y se sitúan en su nivel más bajo desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania.

Sin embargo, la inflación subyacente, que es la que marca la tendencia a medio y largo plazo al suprimir los precios de los productos más volátiles, subió por segundo mes consecutivo y se sitúa en el 3,4 %, una décima por encima de la registrada en el conjunto de España. Se espera que en abril vuelva a la senda de la moderación y que se sitúe por debajo del 3 % a lo largo del segundo trimestre, ya sin la influencia de la Semana Santa.

IPC febrero: Alimentación y energía contienen la inflación en la Comunidad de Madrid

IPC febrero: Alimentación y energía contienen la inflación en la Comunidad de Madrid

La subyacente repunta medio punto después de seis meses moderándose, aunque debería bajar del 3 % en los próximos meses

 

María Concepción Iniesta, secretaria general de Madrid, considera que los datos del IPC en la Comunidad de Madrid, “han mostrado un comportamiento peculiar en febrero. El efecto base ha sido importante en el descenso de la cesta de la compra y de los suministros, que el año anterior se habían disparado. También se han debido al clima, pues el fuerte viento y las lluvias han contribuido a la rebaja de la factura eléctrica gracias a la acertada apuesta por las energías renovables. Desde la USO, pedimos al Gobierno que sea prudente y mantenga el escudo social con un IVA superreducido para estos bienes y servicios básicos. Los trabajadores y trabajadoras llevamos demasiado tiempo soportando los efectos de la inflación. También proponemos que se incluyan cláusulas de revisión en los convenios colectivos, que permitan mantener el poder adquisitivo en situaciones de incertidumbre económica”.

 

La inflación ya es la mitad que en febrero del 2023

Los precios repuntaron cuatro décimas en febrero (idéntica subida que a nivel nacional), tras no haber experimentado ninguna variación en el primer mes del año, y son un 2,6 % más caros que hace un año (+2,8 en España). Es decir, la inflación es exactamente la mitad que hace un año y casi un tercio menos que en el 2022, cuando los mercados empezaron a acusar los efectos de la invasión rusa de Ucrania.

Dos factores principales contribuyeron a esta moderación del IPC: la bajada de una décima de los alimentos (algo que no sucedía desde julio del 2021) y el abaratamiento de los costes energéticos de la vivienda (-1,1) debido a causas naturales (excepcional comportamiento de la producción eléctrica renovable) y globales (hundimiento de la cotización del gas natural).

El vestido y el calzado volvió a ser el grupo más deflacionista (-2,4), acumula un descenso del 11,3 % en los dos primeros meses del año y, aunque vestirse es más caro que hace un año, es el único apartado por debajo del índice base (100) del 2021. También bajaron tímidamente el menaje del hogar y las comunicaciones (-0,1). Por el contrario, las bebidas no alcohólicas y tabaco prosiguen su escalada (+1,4) hasta situarse en un 4,8 % anual.

Más preocupante es la tendencia al alza del transporte, tanto público como privado (+1,6 mensual y anual), ocio y cultura (+1,3 y +3,7, respectivamente) y hostelería (+1,0 / +5,1), lo que podría deberse a un cambio en los hábitos turísticos. La próxima campaña de Semana Santa confirmará o desmentirá esta hipótesis.

 

La subyacente repunta tras medio año moderándose

La inflación subyacente subió medio punto, después de seis meses continuados de descenso y se sitúa en el 3,3 % en Madrid (3,5 en España). Consecuencia lógica de que, precisamente, este índice excluye a los grupos más volátiles (alimentación y energía). A excepción del último enero, no estaba tan baja desde el inicio del conflicto armado en el este de Europa, situándose por encima del 6 % durante todo el primer trimestre del año pasado. Las previsiones es que en marzo vuelva a caer y se sitúe por debajo del 3 % en el segundo trimestre.

Además de servir de referencia a los bancos centrales para decidir subidas o bajadas del precio del dinero, este dato es importante si se compara con el incremento salarial medio pactado por convenio, que en febrero fue del 3,2 % en nuestra región (afectó a más de medio millón de personas trabajadoras). O, lo que es lo mismo, aunque los salarios suben más que en el conjunto del Estado, los madrileños y madrileñas no sólo no recuperan parte del poder adquisitivo perdido en los últimos años, sino que, por poco que sea, siguen perdiendo capacidad de compra.

IPC diciembre: La Comunidad de Madrid cierra el año con una inflación inferior al 3%

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La subyacente se reduce casi a la mitad desde enero y se sitúa en su nivel más bajo desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania

 

El Índice General repuntó apenas una décima respecto a noviembre, aunque la perspectiva es mucho más halagüeña si se comparan los datos con los del 2022. En junio de ese año, marcó un récord del 9,5 % que asfixió las economías familiares debido a la subida generalizada de alimentos y energía (a consecuencia del conflicto armado en el este de Europa). En diciembre, se había moderado al 5 %, aunque seguía provocando una sangría en los ahorros de las personas trabajadoras. Las continuas subidas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) consiguieron moderar el alza de los precios, aunque repercutieron en el encarecimiento de las hipotecas.

 

Mejor que en España y en la Unión Europea

El alza de los precios muestra una tendencia a la moderación en la Comunidad de Madrid (2,7 %), que mejora los datos nacionales (3,1) y también los del conjunto de la Unión Europea (2,9) y se acerca poco a poco a ese objetivo del 2 % marcado por el BCE; lo que supondría, a su vez, una deseable rebaja del precio del dinero.

En diciembre, casi todos los grupos de consumo bajaron o subieron apenas unas décimas respecto a noviembre, con las notables excepciones al alza del ocio y la cultura (+2,6 %) y de vivienda y suministros (+0,8); y, a la baja, del vestido y calzado y del transporte (-1,3 % ambas).

Las peores noticias vuelven a llegar desde la cesta de la compra, la que más se ha encarecido en el 2023 (+7,8, cinco décimas más que en el conjunto de España). Eso sí, se sitúa en su nivel más bajo desde marzo del 2022, cuando inició una escalada que tocó techo (17,6) en febrero del pasado año. Al contrario, el precio de la vivienda y la energía doméstica es un 6,3 % más barata que hace un año. Y el transporte, sobre todo el privado, ha subido por debajo de la media (2, 0 %) gracias a la depreciación de los combustibles y de los carburantes.

 

Los salarios se equiparan con la inflación subyacente tras 25 meses

Aunque, sin duda, el dato más positivo es que, por primera vez tras 25 meses continuados de pérdida de poder adquisitivo (desde octubre del 2021), los salarios de los trabajadores madrileños pactados por convenio igualan a la inflación subyacente (3,4 %). Por comparar, en enero del 2023, este índice que excluye a los elementos más volátiles como alimentación y energía, casi doblaba (6,6) al incremento salarial registrado (3,3).

La secretaria general de USO-Madrid, María Concepción Iniesta, considera positivos todos estos datos, aunque con matices: “viniendo de donde venimos, 2023 se cierra con los mejores números desde hace mucho tiempo, pero no podemos olvidar que los trabajadores y sus familias han tenido que tirar de ahorros y apretarse el cinturón durante muchísimo tiempo; que hacer la compra, hoy, es casi un 30 % más caro que hace dos años; y que las hipotecas, con tipos de interés inasumibles, dificultan el derecho constitucional del acceso a la vivienda, más aún en nuestra región con los precios especialmente tensionados y con alquileres desorbitados. Por eso, al igual que valoré tras los últimos datos del paro, pedimos que tanto la estabilidad laboral como la que se está produciendo en los mercados sirvan para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, empezando por conseguir salarios más dignos para recuperar su capacidad de compra”.