El Ministerio de Empleo y Seguridad Social (MEYSS) ha publicado a través de su web las estadísticas de accidentalidad, correspondientes al periodo de tiempo correspondiente a los siete primeros meses de 2017. Los últimos datos confirman el incremento de la siniestralidad laboral, ya apuntado en análisis anteriores.
A modo de resumen, comparando las estadísticas publicadas con las del mismo periodo de 2016, es posible destacar los siguientes resultados:
El número de accidentes que han causado baja ha sido de 340.006, lo que supone un aumento del 6%.
Del total de ellos, 294.230 ocurrieron durante la jornada laboral y 45.776 fueron accidentes in itinere. En consecuencia, suben un 6,1% los accidentes en jornada y un 5,6% los accidentes in itinere.
El número de accidentes durante la jornada laboral se incrementa de forma sustancial (un 6,1% para los leves, un 8,3% para los graves y un 6,7% para los mortales).
El número de accidentes in itinere leves y graves también aumenta notablemente (un 5,6% los leves y un 14,1% los graves). El aspecto positivo es que los mortales in itinere se reducen de forma significativa (disminuyendo en un 21,7%). En general, salvo en algunos sectores de actividad concretos, aumentan los índices de incidencia, lo que en términos globales supone un incremento del 2,2%.
En la Comunidad de Madrid han descendido los accidentes mortales: 34 frente a los 59 del mismo periodo de 2016, un 42,37% menos.
Sin embargo, hasta el 31 de agosto de 2017 se ha producido un repunte en accidentes laborales con respecto al mismo periodo del año pasado: con 58.587 accidentes, de los que 297 han sido graves y 58.256 leves, frente a los 57.537 de 2016, 231 graves y 57.247 leves, lo que supone un incremento del 1,82%.
Desde USO continuamos denunciando la alarmante tendencia de crecimiento de los accidentes laborales y de las muertes en el trabajo. Demandamos un debate social al respecto y creemos que estos datos son un reflejo de lo mucho que queda por avanzar en materia de prevención de riesgos laborales en nuestro país y una muestra de las consecuencias de la precariedad laboral, la desinformación y la inestabilidad en el empleo.
En el escenario actual entendemos que es necesario apostar de forma firme y sostenida por políticas destinadas a reducir la accidentalidad laboral y a facilitar también el correcto diagnóstico de las enfermedades profesionales. Ello requiere el compromiso continuo del Estado y de las comunidades autónomas con la participación y el diálogo entre los distintos agentes sociales para la búsqueda de soluciones a un gran reto de todos como es el conseguir crear empleo estable y de calidad que garantice la protección del conjunto de la población trabajadora frente a los riesgos laborales en su desempeño profesional.