La madrugada de este domingo, 31 de marzo, a las 02.00 horas serán las 03.00 horas y dará comienzo el horario de verano, que se extenderá hasta el último fin de semana de octubre, cuando el reloj volverá al horario de invierno.

Cansancio, hipertensión, falta de atención…

Más allá de dormir una hora menos en la noche del sábado al domingo, la cuestión es que el cambio horario puede derivar en alteraciones del ritmo biológico que afectan en mayor medida a los niños y ancianos.

Es posible que durante los primeros días notes trastornos del sueño, falta de concentración, hipertensión o más cansancio de lo habitual. Los problemas deberían resolverse en un periodo de entre tres y cinco días.

Los expertos recomiendan ir adaptando poco a poco las rutinas de comida y sueño y durante los primeros días evitar las siestas de más de 20 minutos para no descompensar el horario de sueño.

Aumentan los accidentes laborales

Algunos estudios desvelan que en los días posteriores al cambio de hora se disparan los accidentes laborales, sobre todo en los puestos más exigentes desde el punto de vista físico.

Según los datos publicados por el comparador Acierto.com, las lesiones en actividades vinculadas a la construcción, la industria o la minería aumentan hasta un 6%. El cambio de hora también afecta especialmente al sector del transporte de pasajeros o mercancías ya que se incrementan los siniestros en carretera fruto de la falta de atención vinculada al cansancio.

 

Seguiremos cambiando de hora hasta 2021

El pleno de la Eurocámara ha respaldado (por 410 votos a favor, 192 en contra y 51 abstenciones) retrasar a 2021 la eliminación del cambio de hora bianual en la Unión Europea y no en abril de 2019 como planteó inicialmente la Comisión Europea.

Los eurodiputados eso sí reclaman a los Gobiernos europeos coordinación para que el uso del horario de verano o de invierno en los distintos Estados miembro no perjudique al funcionamiento del mercado único y piden que la Comisión plantee retrasar su entrada en vigor un máximo de doce meses si determina que dicho desfase le puede afectar de manera “significativa y permanente”.

Los países deberán comunicar a Bruselas para abril de 2020 qué uso horario quieren tener.