En nuestra sociedad, el reconocimiento de enfermedades de origen laboral supone de forma frecuente un camino largo y difícil para las personas afectadas por estas de forma que, muchas veces, este tortuoso proceso se ve truncado o termina culminando en su propio desistimiento o en el de sus familiares directos.

Desde una perspectiva global, uno de los instrumentos de mayor utilidad para el reconocimiento de enfermedades profesionales es la jurisprudencia que emana de los Tribunales de Justicia, la cual constituye un referente legal de base para quienes han sufrido o en un futuro puedan sufrir daños relacionados con la exposición a agentes peligrosos en el trabajo, como pueden ser agentes de naturaleza química, física o biológica.

Uno de los avances destacados conseguidos en 2017 en esta materia ha sido el reconocimiento mediante sentencia firme de una silicosis sufrida por un montador de pladur como enfermedad profesional, lo que ha permitido que al trabajador afectado le haya sido concedida una incapacidad permanente total.

La Sentencia, procedente de la Sección 6ª de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y emitida con fecha 3 de junio de 2017, asienta que es un hecho incontestable la exposición del trabajador a trabajos con ambiente contaminado por polvo de sílice desde su afiliación al sistema de Seguridad Social, por lo que se considera acreditada la relación de causalidad entre la actividad profesional ejercida a lo largo del tiempo y el daño sufrido. El trabajador desempeñaba sus funciones de forma habitual como montador de pladur, material compuesto por placas de yeso que se encuentran separadas generalmente por cartón o celulosa y que suele utilizarse en la construcción o en acabados de interiores. El trabajador se encontraba expuesto a polvo de sílice procedente del cartón-yeso con el que desarrollaba sus tareas.

Esta sentencia es especialmente relevante, ya que es la primera vez en España que se declara probado el origen laboral de una silicosis de un trabajador a causa del contacto directo con el cartón-yeso al que se encontraba expuesto a polvo de sílice durante su jornada laboral. Asimismo, supone una puerta abierta a que trabajadores de otras profesiones que padezcan silicosis habiendo estado expuestos laboralmente al polvo de cartón-yeso puedan ver reconocida esta como enfermedad profesional.