La llegada a las presidencias de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo de Ursula von der Leyen y Christine Lagarde respectivamente, supondrá el estreno de las mujeres al mando de estas instituciones. La Unión Europea, con sus medidas por la igualdad efectiva, ha dado un paso cualitativo en cuanto a la representación de la mujer en sus diferentes escalafones, “con un crecimiento importante que, en el caso de las parlamentarias españolas, tanto en Madrid como en Bruselas, está en los puestos de cabeza, rozando en ambos casos ese 50%. Sin embargo, además de la desigualdad que encontramos en Europa, especialmente en el Este, la brecha sigue sin romperse en los puestos más altos. Solo en el Parlamento y en la Comisión los mandos intermedios y de alta dirección son ocupados por mujeres en un tercio; las presidencias, sin embargo, siguen siendo tarea de hombres”, expone Dulce María Moreno, secretaria de Formación Sindical e Igualdad de USO.

Son datos de un estudio sobre la “Participación de la Mujer en la Unión Europea: de la integración al liderazgo”, elaborado por la Secretaría de Formación Sindical e Igualdad de USO. En cuanto a las elecciones, “han ayudado mucho los sistemas de cuotas y de cremalleras. Se afirma erróneamente que no se pueden imponer mujeres con menos capacidad de hombres, pero los estudios demuestran lo contrario: era más fácil que un hombre con menos aptitudes que una mujer estuviera en puestos de salida a que una mujer bien preparada lo lograse. Los sistemas de cuotas y listas cremallera obligan a buscar candidatas entre las mujeres de base, que en muchos casos están tapadas, a veces ocultándose ellas mismas, por no poder dedicarle el mismo tiempo a la carrera profesional que los hombres o por ser consideradas excesivamente emocionales para ejercer el poder. De hecho, cuando asumen carteras, siempre son relacionadas con el Bienestar Social, la Educación o Salud, mientras que ellos dirigen los apartados de más peso, como Interior, Exteriores, Industria o Finanzas”, continúa Moreno.

Por lo tanto, desde USO “defendemos que ese sistema de cuotas se mantenga en política y se potencie también en las grandes empresas, con un sistema de bonificaciones para quienes promocionen a sus trabajadoras hasta los altos cargos”, propone Dulce María Moreno.

 

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