Casi 900.000 trabajadores en ERTE, pendientes de bajar al 50% y otra prórroga de última hora

Casi 900.000 trabajadores en ERTE, pendientes de bajar al 50% y otra prórroga de última hora

Un total de 894.478 personas siguen reguladas por un ERTE, según los últimos datos de la Seguridad Social. A 30 de septiembre, todos los afectados siguen sin noticias de una posible prórroga a 30 de septiembre. Las condiciones especiales de los ERTE por causa de fuerza mayor se regularon en el RD-ley 8/2020 del 17 de marzo, unas condiciones que se fueron prorrogando en un clima de máxima incertidumbre para los trabajadores.

El 30 de abril, más de tres millones de personas estaban reguladas por un ERTE de fuerza de mayor, a las que se sumaban 312.323 por otros tipos de ERTE, que también podían tener su origen en el coronavirus. En España había un total de 3.386.785 trabajadores regulados. A fecha del 31 de agosto, los últimos datos cerrados de la Seguridad Social cifran en 894.478 las personas que siguen estando en ERTE, 735.946 reguladas por uno de fuerza mayor.

“Aunque no podamos decir con exactitud cuántos de esos casi 900.000 trabajadores son los mismos que ya estaban en ERTE al inicio de la pandemia, sí hay un alto porcentaje de trabajadores que mañana mismo cumplirán seis meses en ERTE y su prestación bajará automáticamente del 70% de la base reguladora al 50%. Eso ya se sabía cuando, a finales de junio, también en el último minuto y con agonía, se firmó la prórroga hasta el 30 de septiembreUSO registró una petición para que se contemplara que se siguiera cobrando el 70% a partir del día 181. Se nos hizo caso omiso y ahora ha llegado el día y sigue pendiente de resolver”, denuncia Joaquín Pérez, secretario general de USO.

 

Servicios, el más golpeado, pero hay ERTE en todos los sectores

Los trabajadores de Servicios siguen siendo los más golpeados por los ERTE, pero los hay en todos los sectores. Entre los de causa de fuerza mayor, siguen reguladas 167.708 personas en servicios de comidas y bebidas; 113.380 en servicios de alojamiento; y 69.308 y 39.422 personas en comercio al por menor y al por mayor, respectivamente.

Pero también destaca, justo detrás, el sector de Educación, con 38.514 personas reguladas, la mayoría de ellas pertenecientes a la Educación Infantil, un sector abandonado de la protección de la enseñanza reglada, como viene denunciando la Federación de Enseñanza de USO desde el inicio de la crisis.

En cuanto a los ERTE que no son por fuerza mayor, sino por causas económicas, técnicas, organizativas y de la producción en su mayoría, destaca la incidencia de la crisis en otras actividades: publicidad (6.552 trabajadores); fabricación de productos mecánicos (6.338); actividades auxiliares de oficina (6.135), programación; consultoría informática (5.960); arquitectura e ingeniería (5.656); y edición (4.254 personas en ERTE), entre otros.

“No se trata de sostener solo el turismo o el comercio. Un tsunami para el empleo como este se lleva a todas las actividades por delante. Un ejemplo muy claro que se extrae de estos datos: si el comercio está en ERTE de fuerza mayor, bajan la contratación de publicidad y la edición de folletos, y también estos entran en ERTE ETOP. No se puede dejar ningún sector fuera mientras la única alternativa sean los ERTE. Tampoco puede condenarse a los trabajadores a consumir su prestación sine die o a rebajar lo que perciben a nivel de pobreza. Los esfuerzos deben orientarse a regenerar la actividad, no a regatearle el 10% de su prestación a un trabajador obligado a no trabajar”, incide Pérez.

 

Algunos datos de afectados por ERTE según comunidades autónomas

La Comunidad de Madrid (191.404), Cataluña (183.357), Andalucía (105.910), Canarias (91.746), Comunidad Valenciana (75.533) y las Islas Baleares (64.921) son, en términos absolutos, las autonomías con más personas que permanecían en ERTE en agosto.

Sin embargo, si nos fijamos en cuántas personas se mantienen en ERTE desde el inicio de la pandemia, los datos cambian significativamente:

  • Baleares es la comunidad autónoma que menos ha recuperado su empleo: el 45,84% de las personas que estaban en ERTE en abril siguen estándolo a principios de septiembre. En Canarias, ese dato es del 39,62%, con ambas provincias en los mismos términos. Las siguen Ceuta (35,60%), Comunidad de Madrid (33,80%) y Cataluña (27,02%). Barcelona es su provincia más golpeada (28,93%).
  • En el otro extremo, Navarra es la comunidad que menos personas mantiene en ERTE con respecto al inicio de la crisis, el 15,07%, seguida de Cantabria (15,77%). Otras dos provincias están por debajo del 16%: Huelva (15,88%) y Soria (15,99%).
Diez años de Reforma Laboral: 322 contratos firmados para cada jornada completa sumada

Diez años de Reforma Laboral: 322 contratos firmados para cada jornada completa sumada

Se cumplen 10 años desde que el Congreso convalidó la ley de la Reforma Laboral de 2010. Una reforma contra la que USO convocó una huelga general y que apenas estuvo año y medio en vigor, pero que sentó las bases de los grandes recortes de derechos laborales de la legislación laboral vigente.

En este contexto, el Gabinete de Estudios de USO ha realizado un estudio comparativo entre la situación del empleo hace 10 años y hoy, teniendo en cuenta la situación previa a la llegada del covid-19 y la estrictamente actual.

“De 2010 y 2013, cayó fuertemente la afiliación a la Seguridad Social. Y lo hizo más en los años de las dos reformas, 2010 y 2012, que en sus sucesivos, 2011 y 2013 respectivamente. Esto refuerza nuestra idea de que empobrecer las condiciones laborales y abaratar el despido no crea empleo. El empleo se crea cuando hay actividad económica, las empresas no contratan porque puedan despedir, sino que contratan cuando de verdad cree que se puede trabajar. Por ello, los esfuerzos legislativos para dinamizar el mercado laboral llevaron una dirección errónea: debían haberse orientado a potenciar la actividad económica, que es la que sí necesitará de más personas trabajadoras”, defiende Joaquín Pérez, secretario general de USO.

La afiliación a la Seguridad Social no volvió a los niveles de 2010 hasta 2016, y fue a partir de ahí cuando comenzó a ganar cotizantes a tenor de millón anual hasta el golpe de la pandemia del coronavirus, que nos ha devuelto a agosto de 2018. Sin embargo, esos datos de afiliación son engañosos.

“Se han recuperado cotizantes, pero no se han generado puestos de trabajo de calidad. Hay muchos más trozos de empleos pero no tantos empleos. Mirando las jornadas completas efectivamente trabajadas, no fue hasta 2018 cuando se recuperó el nivel de empleo de 2010. Mientras en 2019 había 1,6 millones de cotizantes más, en realidad solo había 530.000 nuevas jornadas completas”, analiza Pérez.

 

322 contratos firmados para sumar cada jornada completa

Sin tener en cuenta el golpe de estos meses, para llegar a una situación de apenas medio millón de jornadas completas nuevas en una década, la “de la recuperación”, se han firmado 172 millones de contratos; es decir, 322 contratos para cada jornada completa.

“Además de abaratar el despido, la Reforma de 2010 y su heredera precarizaron el trabajo, que se hizo cada vez más temporal. Entre otras medidas, le dieron más poder a las ETT en detrimento de las labores del SEPE, fomentando agencias de colocación que solo ofrecen trabajos temporales. El resultado es que España tiene una tasa de temporalidad un 8% superior a los países de nuestro entorno. En estos diez años, el porcentaje de contratos indefinidos firmados no llega al 9%, y las peores cifras se dieron precisamente al año siguiente de cada reforma, con el 7,7% de contratos indefinidos sobre el total”, recuerda el secretario general

 

La situación actual y la necesaria contrarreforma

Todos estos datos se han visto agravados si, en lugar de con 2019, los comparamos con el efecto pandemia en el que estamos inmersos. “Hay una enseñanza que debe quedarle clara a este gobierno y a los que vengan detrás: recortar derechos y abaratar despidos no crea empleo. Por lo tanto, esperamos que caigan en la tentación de mantener o ampliar medidas tan dolorosas como inútiles. Lo que en su día llamaron, con mucha sorna, ‘corrección del mercado laboral’, debe ser hoy ‘corrección de los ataques y contrarreforma laboral’. Hay que reconstruir la legislación laboral con garantías para las personas y fomentar el empleo con políticas económicas efectivas, no contractivas”, pide Joaquín Pérez.

El otro gran error del planteamiento de la recuperación es “la bajada salarial en términos de poder adquisitivo. Los sueldos comenzaron a recuperar su valor en esta década de crisis no por las subidas, sino cuando la inflación se estancó. Los Acuerdos por la Negociación Colectiva han sido un circo sin más efectos que la foto de la firma, al igual que lo está siendo el proceso actual para ampliar los ERTE. Con septiembre ya avanzado y el 30 como último día de protección especial de los ERTE por covid, el paripé bochornoso de anunciar que el Diálogo Social se reúne para acordar que va a reunirse es un insulto para todos los trabajadores y pequeños empresarios que no saben qué será de su vida en tres semanas”, recrimina el secretario general de USO.

Sube el paro en agosto: “Nos vemos abocados a un otoño incierto por una política económica de parches”

Sube el paro en agosto: “Nos vemos abocados a un otoño incierto por una política económica de parches”

La ausencia de turistas y la paralización del sector servicios por la pandemia de la covid-19 durante la época estival ha sido devastadora para el empleo en la Comunidad de Madrid, que se convierte en la segunda autonomía en la que más ha subido el paro en el mes de agosto (por detrás de Cataluña), con un aumento del 1,48% con respecto al mes de julio, lo que supone 6.260 desempleados más.

“Si exceptuamos la leve bajada del 0,52% registrada en junio, Madrid encadena ya medio año de destrucción de empleo. No conseguimos remontar y nos vemos abocados a un otoño incierto por culpa de los grandes males que arrastra el mercado laboral español, unas cifras macroeconómicas deprimentes y una política económica de parches y medidas provisionales”, lamenta la secretaria general de USO-Madrid, Conchi Iniesta.

“Y el margen de maniobra cada vez es más limitado”, advierte Iniesta, “tenemos 429.798 madrileños en el paro, a los que hay que sumar al más de medio millón afectados por un ERTE. Ese muro de contención, que vuelve a afrontar la incertidumbre de una prórroga, no puede ser la única medida laboral a corto y medio plazo. Necesitamos un urgentemente un cambio exprés en el modelo productivo que favorezca la creación de empleo estable y de calidad”.

Destrucción de empleo en todos los sectores

De la cifra total de desempleados en la Comunidad de Madrid, 179.984 son hombres y 249.814 mujeres. Además, 34.305 empleados de la región en el mes de agosto tienen menos de 25 años, de los cuales 17.433 son hombres y 16.872 mujeres.

Por sectores, el que engloba mayor número de parados es el de Servicios, con 343.263 al presentar 4.611 más que el pasado mes de julio, seguido de Construcción, con 31.970, con 193 desempleados más.

Por su parte, destaca Industria, con 24.470, lo que supone un total de 242 desempleados más y Agricultura, con 3.062 parados en este sector, lo que se traduce en 34 más respecto al mes anterior. Por su parte, 27.633 vienen del grupo de sin empleo anterior (1.180 más).

En cuanto al paro entre extranjeros, se sitúo en 77.473 personas, lo que se traduce en 1.1001 personas más respecto al mes anterior y un incremento del 1,31 por ciento. Con respecto al mes de agosto de 2019, hay 24.631 desempleados extranjeros más, una subida del 46,61 por ciento. Del total, 28.688 proceden de países comunitarios y 48.785 de extracomunitarios.

Los contratos caen un 28%

Respecto a los contratos, en el octavo mes del año se registraron 119.072, es decir, 46.274 menos que el pasado mes de julio, lo que supone una caída de casi el 28 por ciento. En tasa interanual, la contratación disminuyó un 28,82 por ciento, con 48.217 contratos menos que en agosto del año pasado.

Del total de contratos, 18.784 fueron indefinidos en Madrid, lo que supone 7.504 menos de los firmados en julio y un retroceso del 28,55 por ciento. Ello implica 7.331 menos de los que se firmaron en agosto del año pasado, lo que se traduce en una bajada del 28,07 por ciento. Los temporales sumaron 100.288, 38.770 menos que en el mes anterior (-27,88%) y 84.715 menos que en agosto de 2019 (-28,96%). El número de contratos a extranjeros ascendió a 28.325, casi un 27 por ciento menos respecto a julio, caída similar en tasa interanual.

Además, un total de 550.504 personas en la región percibieron algún tipo de prestación por desempleo entre las diferentes modalidades existentes. En concreto, 535.477 personas obtuvieron prestación contributiva; 13.660, subsidio; 1.367, renta activa de inserción; y ninguna persona estaba inscrita en el programa de activación de empleo.

La cuantía media de prestación contributiva recibida por beneficiario en la Comunidad fue de 769,5 euros y el gasto global alcanzó en agosto 460.312 euros.

Vuelve a subir el paro: “Es un suicidio seguir esperando a que el coronavirus nos dé una tregua”

Vuelve a subir el paro: “Es un suicidio seguir esperando a que el coronavirus nos dé una tregua”

La pandemia de coronavirus no da tregua y prosigue la destrucción de empleo en la Comunidad de Madrid con el aumento del número de parados en un 1,52% durante julio con 6.339 desempleados más en relación al mes anterior, lo que sitúa la cifra global de parados en 423.538 personas.

A pesar del leve descenso del 0,52% del paro registrado en junio, la tendencia desalentadora es evidente, especialmente si tenemos en cuenta que en términos interanuales el aumento del desempleo en Madrid registra una notable subida del 26,24% con respecto a julio del año pasado con un total de 88.028 personas más que pasan a formar parte de la lista del paro.

“Necesitamos un cambio del modelo productivo antes de que sea demasiado tarde. La pandemia está siendo una bofetada de realidad para nuestra economía, que tiene una peligrosa dependencia del sector servicios”, señala la secretaria general de USO-Madrid, Conchi Iniesta. “La situación es la siguiente: la actividad sigue a medio gas por motivos sanitarios, los nuevos contratos que se firman son precarios y además tenemos casi medio millón de desempleados y otro medio millón en ERTE”, explica Iniesta. “Con estos factores sería un suicidio seguir esperando a que el coronavirus nos dé un respiro. Es el momento de actuar y empezar a fomentar una economía industrial, tecnológica, de investigación y con un turismo reforzado con cultura y desarrollo sostenible”.

Servicios sigue siendo el sector más castigado

La crisis castiga nuevamente a los sectores más vulnerables: los jóvenes y las mujeres. De la cifra total de desempleados, 177.784 son hombres y 245.754 son mujeres. Además, 32.889 parados madrileños tienen menos de 25 años, de los cuales 16.768 son hombres y 16.121 mujeres.

Por sectores, el que engloba mayor número de parados es Servicios, con 338.652 (con 4.298 más que el pasado mes de junio), seguido de Construcción, con 31.177 (con 193 desempleados menos). Industria registra 24.228 parados (con 60 desempleados más en julio) y Agricultura, con 3.028 parados en este sector (177 más respecto al mes anterior). Por su parte, 26.453 vienen del grupo de sin empleo anterior (1.997 más).

En cuanto al paro entre extranjeros, se sitúo en 76.472 personas, lo que se traduce en 1.641 personas más respecto al mes anterior y un incremento del 2,19 por ciento. Con respecto al mes de julio de 2019, hay 23.554 desempleados extranjeros más, una subida del 44,51 por ciento. Del total, 28.214 proceden de países comunitarios y 48.258 de extracomunitarios.

Contratos precarios

Respecto a los contratos, en el séptimo mes del año se registraron 165.346, es decir, 40.101 más que el pasado mes de junio, lo que supone una subida del 32,02 por ciento. No obstante, la variación interanual se situó en una caída del 36,75 por ciento, con 96.073 contratos menos que en julio del año pasado.

Del total de contratos, 26.288 fueron indefinidos en Madrid, lo que supone 2.899 más de los firmados en junio y un incremento del 12,39 por ciento, aunque implica 11.358 menos de los que se firmaron en julio del año pasado, lo que se traduce en una bajada del 30,17 por ciento. Los temporales sumaron 139.058, 37.202 más que en el mes anterior (+36,52%) y 84.715 menos que en julio de 2019 (-37,86%).

Además, un total de 572.114 personas en la región percibieron algún tipo de prestación por desempleo entre las diferentes modalidades existentes. En concreto, 484.150 personas obtuvieron prestación contributiva; 78.734, subsidio; 9.230, renta activa de inserción; y ninguna persona estaba inscrita en el programa de activación de empleo.

La cuantía media de prestación contributiva recibida por beneficiario en la Comunidad fue de 793,5 euros y el gasto global alcanzó en marzo 636,3 millones.

La caída del PIB y los turistas extranjeros urge el cambio de modelo productivo postergado

La caída del PIB y los turistas extranjeros urge el cambio de modelo productivo postergado

El PIB español ha registrado en el último trimestre una caída sin precedentes en nuestra Historia Contemporánea del 18,5%. Son datos únicamente comparables con el colapso económico que produjo la Guerra Civil. Es el peor dato de Europa, aunque el conjunto continental tampoco resulta halagüeño: la Unión Europea ha recibido un golpe en su PIB del 12,1% de media.

Ya el primer trimestre, con solo medio mes de afectación de la pandemia por coronavirus, la economía española se había dejado el 5,2% de su PIB, frente al 3,6% de la Eurozona. Los parámetros económicos establecen que ya podemos hablar de recesión, pues un trimestre de bajada se considera coyuntural, pero dos consecutivos, recesión. En España, la variación anual del PIB a junio es catastrófica, pues nuestro país ha perdido casi una cuarta parte de su riqueza: 22,1%.

Esto ocurre en un contexto internacional de debacle económica generalizada, con la gran potencia mundial, Estados Unidos, rememorando el Crack del 29 con una bajada del 9,5% de su PIB. Ya son muchos los efectos sociolaborales que se están observando, pero los efectos reales son aún impredecibles.

Derrumbe del sector turístico

Todos los sectores están padeciendo en mayor o menor medida las consecuencias de la parálisis económica y de las medidas de seguridad imprescindibles para hacer frente a la pandemia. Pero hay un sector, la línea de flotación de la economía española, que está sufriendo especialmente el golpe del coronavirus: el turismo.

El INE publica hoy los datos de turistas extranjeros que vinieron a España en junio. Era el primer mes, desde el inicio del estado de alarma, en el que nuestras fronteras volvían a estar abiertas. Aunque solo fueron unos días y con apertura paulatina según los países, el indicador de turistas extranjeros es desolador: las entradas a España cayeron en un 97,7% y el gasto que los turistas hicieron en nuestro país, un 98,6%. Las visitas desde Francia son las que menos han caído y supusieron la llegada de uno de cada tres turistas internacionales a España.

Los datos de julio, con todo el mes con las fronteras abiertas y el transporte aéreo funcionando a un mayor rendimiento, no parece sin embargo que ofrecerá unas cifras más esperanzadoras. Las diferentes restricciones impuestas por países que aportan una buena parte de nuestros turistas anuales se dejarán notar sin lugar a duda en la próxima estadística.

¿Cambio de modelo productivo acelerado por el covid-19?

Más allá del drama sanitario que ha supuesto el coronavirus, la pandemia también ha supuesto una bofetada de realidad para el modelo productivo de saldo y facilón que durante años ha sacado las castañas del fuego en España.

“Los cambios no se han hecho progresivamente, no se ha apostado por reforzar otros sectores a pesar de los avisos de que el adelgazamiento del peso industrial y tecnológico iba a acabar pasando factura. Ahora a España no le queda otro remedio. Más allá de lo injusto o no de las decisiones de países con situaciones sanitarias y medidas de seguridad iguales o peores a la nuestra, esos países son libres de eso, de tomar sus decisiones. España hace mucho tiempo que debería haber reforzado su economía para que no dependiera de terceros y de sus actuaciones arbitrarias. Ha bastado una simple recomendación fuera de nuestras fronteras para evidenciar que no tenemos soberanía económica ni productiva”, alerta Joaquín Pérez, secretario general de USO.

La caída sin freno de la llegada de extranjeros no solo se notará en el gasto de los turistas, sino en el otro sector comodín: la construcción. Es previsible que la inversión en segundas residencias, especialmente en el sur de España, se contraiga o se desmorone en los próximos meses y, con ello, se paralice la nueva obra por falta de mercado.

“Ya se han construido dos recuperaciones económicas sobre los débiles cimientos del sol y la playa. No podemos permitirnos tropezar tres veces con la misma piedra: es el momento de una economía industrial, tecnológica, de investigación y con un turismo reforzado con cultura y desarrollo sostenible”, pide Pérez.

Transición justa también en el turismo

Hablar de transición justa no es solo hablar de una transición energética o una transición ecológica. Una transición justa es aplicar a todo cambio traumático medidas que amortigüen el golpe para los más débiles. Una transición justa en el turismo implica dejar nuestra dependencia económica del sector sin que sus trabajadores, ya de por sí precarizados y estacionales, se queden en la estacada.

“En USO, hemos defendido que los ERTE en condiciones excepcionales deben continuar hasta el 31 de diciembre. Y, sobre todo, en sectores que se vean especialmente golpeados. Hay que dar opción a que empresas y trabajadores se recuperen, pero, sobre todo, hay que promover incentivos para que se reinventen. Si en el caso del turismo y sus actividades asociadas hay empresas que no ven posibilidad de recuperación inmediata y deciden cambiar su actividad principal manteniendo empleos, deben conservar las ayudas. Poniendo un ejemplo práctico: si los dueños de un bar a pie de playa deciden cerrar ese negocio y reabrirlo a 15 kilómetros orientado a otro tipo de público pero conservando su personal, deben seguir contando con las ayudas de los ERTE a pesar de que el negocio inicial sí cierre por insostenible”, explica el secretario general de USO.

Pero, sobre todo, “hay que potenciar el cambio de sector en las zonas especialmente dependientes del turismo. Muchos jóvenes que hoy trabajan en la hostelería por falta de oportunidades están sobradamente formados para emprender en negocios tecnológicos o en un turismo de mayor valor añadido, que promueva la cultura y el disfrute sostenible de la naturaleza. Un turismo que sí marque la diferencia con otra oferta internacional y que no sea fácilmente intercambiable. España es el tercer país del mundo con más patrimonio cultural declarado, eso no es sustituible por otra playa con sol”, se reafirma Joaquín Pérez.

Digitalización, teletrabajo, acceso a vivienda y España Vaciada

Los efectos de la pandemia van a notarse igualmente en la manera de organizar el trabajo. Hay que aprovechar las lecciones del coronavirus también para diversificar las modalidades de trabajo y entrar de lleno en un teletrabajo efectivo y con garantías, pues son muchas las ventajas que puede ofrecer.

“La digitalización es el presente, no el futuro, y la pandemia nos ha pillado en pañales. Ha demostrado nuestras carencias tecnológicas por la falta de atención a la investigación, con una inversión ínfima y el maltrato continuado a las condiciones laborales de nuestros investigadores. Pero, además, ha evidenciado la nulidad de la formación para el empleo. Una formación para el empleo que solo ha servido durante años para perpetuar las prebendas a las dos organizaciones sindicales mayoritarias y a la patronal, al permitir que gestionen un dinero público que no debería salir del control de las administraciones. Una formación para el empleo que no ha recualificado a personas en el filo de la marginación laboral por carecer de competencias tecnológicas”, abunda el secretario general de USO.

Ahí una de las grandes dificultades de la implantación exprés del teletrabajo, que, sin embargo, debería ser una vía de inclusión laboral para una generación perdedora en dos crisis: la juventud. “Los jóvenes, en su mayoría, están dotados de forma innata para incorporarse a trabajos digitalizados. La progresiva adaptación al teletrabajo puede, además, aliviar la presión demográfica sobre los grandes núcleos de población y permitir que trabajen en sus lugares de origen o donde consideren que pueden iniciar su vida de emancipados. Poder trabajar fuera de las grandes ciudades comporta un mejor acceso a la vivienda, un derecho que hoy por hoy es prohibitivo para la juventud, a la vez que supone una oportunidad para revitalizar grandes áreas vaciadas de población por no generar puestos de trabajo atractivos”, expone Joaquín Pérez.